Los niños, niñas y jóvenes interactúan y construyen sentidos en los espacios digitales fuera de la escuela. Sin embargo, la enseñanza de la lengua sigue estando enfocada en las habilidades de decodificación, comprensión y producción de textos, sobre todo aquellos verbales impresos. ¿Cómo repensar los objetos de enseñanza en el área de Lenguaje superando la dicotomía dentro y fuera de la escuela? Tal como señala el libro elaborado con el apoyo de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile “Lenguajes y literacidades en contextos digitales. Prácticas para Lenguaje y Comunicación entre 4° y 6° básico”, los medios digitales ofrecen oportunidades para enfrentar este desafío ya que propician la enseñanza de habilidades vinculadas al uso de tecnologías que emergen y transitan, mayormente, en espacios íntimos y no formales, pero que pueden ser abordados desde los aprendizajes esperados del currículo en el área de Lenguaje y Comunicación.
El texto fue lanzado el pasado 17 de agosto en el webinar “Digitalmente. Leer y escribir en educación básica”, organizado por el Centro de Estudios de Política y Prácticas en Educación (CEPPE UC) y el Observatorio de Prácticas Educativas Digitales (OPED UC). El libro presenta siete prácticas de literacidad digital en función a tres propósitos comunicativos -interpretar, crear y participar- y que pueden ser abordadas por las y los docentes a partir de los lineamientos pedagógicos que se ponen a disposición. Tres de las prácticas están centradas en el propósito de interpretar: “La desinformación como espacio de aprendizaje”, “La lectura de múltiples fuentes” y “La lectura literaria en pantallas”. Luego, dos de ellas se asocian al propósito de crear: “Reconstrucción de los textos por medio de la remediación” y “Escribir para aprender en comunidades digitales”. Finalmente, el texto propone dos prácticas vinculadas al propósito de participar: “Videojuegos como modelos de mundo” y “Literacidades para la participación: nuestras voces en un podcast”. Para que estas propuestas ingresen a la sala de clases, se entregan directrices pedagógicas fundamentales que fueron destacadas en el webinar por Alejandra Meneses, profesora asociada de la Facultad de Educación UC y líder del proyecto. Algunas de ellas son el alineamiento con los objetivos de aprendizaje de las Bases Curriculares, la especificación de contenidos, la incorporación de las habilidades del siglo 21, la explicitación de criterios de enseñanza y la inclusión de una pauta de evaluación para cada práctica.
María Angélica Mena, coordinadora del Área Estratégica para el Aprendizaje del siglo 21 de la División de Educación General del Ministerio de Educación de Chile, dio inicio al panel de comentarios. María Angélica destacó dos elementos del nuevo paradigma educativo que hoy en día se está impulsando desde el MINEDUC y que se manifiesta en las prácticas que aborda el libro: el repensar la “gramática escolar” o la forma en que hacemos escuela, y la definición de un nuevo “contrato social” que establezca nuevas relaciones entre alumnos y docentes, y entre los conocimientos y el mundo. Mena destaca que este libro apunta a una pedagogía radicalmente auténtica, ya que “busca desdibujar el afuera y el adentro de la escuela, abarcando esferas naturales, relacionales, ciudadanas, laborales y personales, entre otras”, y a una “pedagogía humanizadora, basada en el cariño, en la solidaridad, en la esperanza y, todo esto, con el fin de ser un contexto que permita nutrirse a uno mismo, a los demás, a la naturaleza y al mundo”. Mena enfatiza que este libro propone implícitamente una manera de apropiarse del currículo escolar y valora el juicio docente para la toma de decisiones para la incorporación de estas prácticas en la escuela.
Pablo Molina, académico de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina y autor de una de las prácticas del libro, realiza un recorrido inspirador y lleno de matices por todo el texto, mencionando apuestas importantes que diferencian a las prácticas. Molina concluye sus comentarios con dos sensaciones: la primera es que “todas estas prácticas construyen, en conjunto, una especie de horizonte político y ético para mirar el mañana con la esperanza de una ciudadanía informada, ética y responsable”. La segunda apunta a que “ya no es posible saber dónde termina y dónde comienza el aula porque lo escolar y lo vernacular se entrecruzan de tal modo que resulta casi imposible sostener una distinción y, en este sentido, el desafío es pensar estos territorios como espacios plurales que emergen de una lógica híbrida”.
Finalmente, Pilar de la Maza, profesora del colegio Cree de la comuna de Cerro Navia y exalumna del programa de Educación General Básica mención Lenguaje de la Facultad de Educación UC, comparte su experiencia implementando la práctica “Literacidades para la participación: nuestras voces en un podcast” en un séptimo año básico. En el webinar, De la Maza destaca los principales elementos relativos al proceso de planificación y encuadre curricular, al levantamiento de intereses de las y los estudiantes y de las herramientas digitales disponibles en el colegio. Dentro de sus reflexiones finales destacan que la experiencia permitió a las y los estudiantes exponer sus puntos de vista y sus intereses para desarrollar la oralidad, fortaleció la construcción de sujetos prosumidores de contenido digital, es decir, pasar del ser solo consumidores a también productores, y facilitó el desarrollo del análisis crítico a la hora de reflexionar en torno a temáticas que les interesan.
Para conocer estas prácticas descarga el libro en este enlace: Lenguajes y literacidades en contextos digitales
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